Y qué… ¿no van a festejar en la Avenida Juan Pablo II?

En la capital nayarita se impuso un cambio de nombre a una calle. Jacarandas fue sustituido por Juan Pablo II. Residentes de tal calle, sobre todo comerciantes, protestaron ante la nueva designación y en vez de aprovechar para dar impulso y popularidad a la vialidad, se estancaron en su inconformidad dedicándose a rumiar su protesta.
Ya con otra actitud más receptiva, se debería imitar la atinada costumbre norteamericana de festejar más la fecha del día de nacimiento que el de fallecimiento de los personajes a honrar y de esa forma convertir este día la avenida Juan Pablo II en una vialidad de fiesta popular. Se justificaría hasta con sentido comercial como en la famosa calle 8 de Miami Florida durante el carnaval. Más de un millón de personas se congregan a lo largo de veintitrés cuadras de esa calle. En Tepic tendría menos bullicio comercializado por supuesto.
Karol Józef Wojtyła Kaczorowska nació el 18 de mayo de 1920 en Wadowice Polonia. El 1 de noviembre de 1946, a la edad de 26 años fue ordenado sacerdote en el Seminario Mayor de Cracovia. Después de una larga trayectoria eclesiástica fue elegido Papa.
A la muerte de Paulo VI surgió Juan Pablo I sin embargo este “Papa de la sonrisa” de 65 años llamado Albino Luciani falleció a los treinta y tres días de su nombramiento. El 16 de octubre de 1978 es elegido como sucesor de San Pedro el Cardenal polaco Karol Wojtila con el nombre de Juan Pablo II.
Inició así un activo y largo pontificado de veintiséis años. Viajó más que cualquier personaje  público en toda la historia de la humanidad y llegó a ser el líder más popular y más querido del mundo actual.
Visitó 210 países  -algunos repetidamente- con un millón 247 mil 613 kilómetros de recorrido, sin contar sus 146 desplazamientos dentro de Italia. Leyó más de veinte mil discursos para un total de cien mil páginas. Se reunió con más de 1590 jefes de Estado o de Gobierno y la mayor multitud reunida en una misa papal fue unos cuatro millones de personas en Manila en 1995.
Un 13 de mayo de 1917 se produjo la primera de una serie de apariciones de la Virgen de Fátima en Portugal. En esa fecha, la niña Lucía – después monja fallecida en febrero de 2005- y sus primos Francisco y Jacinta Marto fueron testigos y protagonistas del suceso en donde dijeron haber conocido tres secretos sobre el destino de la humanidad y confiados a ellos por dicha divinidad.
Después de discreción absoluta respecto al contenido del mensaje guardado celosamente por décadas, la propia hermana Lucía puso en conocimiento de Juan Pablo II el contenido de los tres secretos, referidos al final de la Primera Guerra Mundial (1914-1918), a la prematura muerte de sus primos y al atentado que sufriría el 13 de mayo de 1981 en el Vaticano.
En efecto, a tres años de su ascenso al pontificado sufrió en dicha fecha un ataque a balazos durante un recorrido en el Vaticano y él mismo se convenció de haber sobrevivido al atentado por gracia de la Virgen de Fátima.
A consecuencia de esos balazos, políticamente se inició el declive de la URSS y su posterior disgregación  y cambiaron los destinos de los países del este de Europa. En marzo de 2003   pese a su implacable deterioro físico, se opuso con todas sus fuerzas y autoridad a la invasión estadounidense de Irak siendo ignorada su oposición por el presidente estadounidense George Bush.
Cabe reconocer que también pidió perdón por las injusticias cometidas por el Vaticano en contra del célebre científico italiano Galileo Galilei a quien la Santa Inquisición hizo retractarse de sus teorías heliocéntricas.
Tras sufrir diversas y penosas enfermedades que le provocaron una prolongada agonía,
el día 2 de abril  de 2005 falleció el inolvidable “Papa Peregrino”.
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