lunes, mayo 29, 2006

¿Quién se acuerda de Manuel Buendía?...

De aquél periodista famoso por su columna “Red Privada” de amenidad arrobadora, sesudos análisis, ácidas críticas y valientes denuncias ya casi ni el recuerdo queda. Se inició en los medios informativos, combinando el desempeño diarista con el de vocero oficial de algunas dependencias gubernamentales, ya después corrigió el rumbo y fue logrando la verticalidad que da el desligue de las oficinas públicas.
El puro nombrecito Red Privada, sugería una elitista información de alto nivel político, como haciendo referencia a la red privada telefónica exclusiva de los círculos supremos de poder público en el país.
Sostenía que para tener éxito como redactor había que ser un cultivador devoto de la conversación como un magnifico ejercicio que se refleja en el arte de escribir. Nadie puede dar lo que no tiene: nadie será capaz de plasmar belleza literaria en las páginas de un libro o de un periódico si no se nutre constantemente con la abundancia verbal. La conversación, a diferencia de las charlas banales, afina y disciplina el léxico y lo enriquece con los destellos de otros estilos. El mejor conversador es siempre el que sabe escuchar.
Otra condición complementaria consistía según Buendía “en mantenerse redactando todo el día. Durante el sueño, durante las faenas del aseo personal. Cuando se va prisionero en un taxi, en autobús, tren o avión, se pueden hacer preciosos ejercicios de redacción. En la pizarra de la imaginación se intentan descripciones de los objetos y personas que nos rodean: la gimnasia mental no tiene límites".  Citaba con frecuencia a James Thurber: "Nunca sé con seguridad cuando no estoy escribiendo. A veces en una fiesta mi mujer se me acerca y dice: “Thurber, para de escribir, maldita sea”. Por lo general, me agarra a la mitad de un párrafo. O bien, cuando esta comiendo, mi hija levanta la vista de su plato y pregunta: ¿Papá está enfermo? Y mi mujer le contesta: “No está escribiendo algo."
Manuel Buendía Tellezgirón nació en Zitácuaro, Michoacán, el 24 de mayo de 1926. Se inició en el periodismo colaborando en la revista La Nación del Partido Acción Nacional, permaneció ahí de 1949 a 1953. En este mismo año se desenvuelve como reportero de guardia en el diario La Prensa. Pronto ingresó a la cooperativa y desarrolló en la fuente policíaca sus dotes reporteriles, que lo llevaron en poco tiempo a cubrir las secretarías de Gobernación y de Relaciones Exteriores, y después las actividades del presidente Adolfo Ruiz Cortines.
En 1958 inicia en La Prensa la columna "Red Privada", que firma con el seudónimo de Héctor Juvenal. En tal rotativo ocupa varios cargos, entre ellos el de Presidente del Consejo de Administración, y el 4 de enero de 1960 es nombrado director del diario, función que ejerce hasta julio de 1963, en que es expulsado de la cooperativa con otros compañeros a consecuencia de un conflicto interno. Con Buendía como director, La Prensa se transforma y amplía su presencia.
En 1965 es nombrado asesor de relaciones públicas y prensa en la Comisión Federal de Electricidad (CFE) con Guillermo Martínez Domínguez, cargo que ocupa hasta 1970. Su visión de lo que debía ser una oficina de comunicación lo lleva, entre otras cosas, a crear la Revista CFE y a organizar la editorial de la empresa.
El 1 de enero de 1971, Buendía ocupa la Dirección de Prensa y Relaciones Públicas del Departamento del Distrito Federal con el regente Alfonso Martínez Domínguez, y renuncia el 13 de junio del mismo año a raíz de la matanza de estudiantes normalistas en aquél 10 de junio Jueves de Corpus.
De 1972 a 1973 es asesor de Guillermo Martínez Domínguez, titular de la Nacional Financiera. Ahí traba amistad con Gerardo Bueno Zirión quien, al ser designado director del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología, propone a Manuel ocupar la dirección de Prensa y Relaciones Públicas de esa institución el 20 de agosto de 1973. En el Conacyt, Buendía aplica toda su experiencia a la divulgación científica, actividad entonces virgen en el país.
En diciembre de 1976 Buendía renuncia al Conacyt y decide ser columnista de tiempo completo. Deja de publicar "Para Control de Usted." en El Día y el 3 de enero del año siguiente reaparece "Red Privada" en los 23 "Soles" de la Organización Editorial Mexicana, antigua Cadena García Valseca.
En agosto de 1978 suspende sus colaboraciones en los "Soles" debido a problemas de censura y se traslada a El Universal, en donde publica del 28 de agosto al 1 de diciembre del mismo año cuando nuevamente lo alcanza la censura. En ese mismo mes recibe la hospitalidad de Excelsior  y al mismo tiempo la Agencia Mexicana de Información (AMI), que dirigia José Luis Becerra, distribuía "Red Privada" a 40 diarios de todo el país.
Buendía era ya el columnista más leído e influyente. Su participación en televisión --canales 11 y 13-- y en radio, sus colaboraciones especiales en publicaciones del exterior, la distribución de algunas de sus columnas en el extranjero por la agencia Inter-Press, su condición de experto a consultar por la prensa foránea, su presencia multiplicada en foros, conferencias y encuentros, y la publicación de sus dos primeros libros --Red Privada y La CIA en México--, lo consolidaron como el más sobresaliente periodista mexicano de la segunda mitad del siglo.
El valor de su figura en el ámbito del periodismo mexicano se confirmaría el 30 de mayo de 1984, cuando un sicario en motocicleta lo ultimó por la espalda en el estacionamiento donde iba a abordar su vehículo en el Distrito Federal. La intención de cerrar el foro en que se había convertido su columna "Red Privada" se logró, pero su voz que quiso ser acallada… se volvió permanente.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Mas que comentario, deseo preguntar el nombre de su esposa
Gracias en caso de contestar.