Órale Sub, sólo dos semanas para hacer un batidero…

Primero analicemos la historia de otro líder rebelde  –éste si agente de cambio exitoso- en Chiapas que también se compenetró en el medio rural e hizo que el mundo volteara hacia ese punto geográfico. Su rebeldía consistió en eliminar obstáculos intermediaristas, incrementando con ello la prosperidad colectiva de muchos chiapanecos. Dentro de ese modesto logro, ahora Chiapas no busca su lugar en el mundo, sino que el mundo busca una parte de Chiapas.
“A los 21 años los conoció en un viaje a Chiapas. Ellos, indígenas agricultores, recién iniciaban la Unión Ejidos de la Selva para lograr el acceso a la tierra comunal y legalizar sus documentos de propiedad. Él, José Juárez, era pasante de agronomía, conocía de cerca la pobreza rural y se enamoró del plan de los nativos por salir adelante.
Ahora, casi tres décadas después, 1,800 campesinos terminaron convertidos en empresarios de café orgánico y agentes de cambio de desarrollo social y económico en Chiapas.
Café La Selva, la empresa dirigida por Juárez, ha logrado vender el producto sin intermediarios, aumentar los márgenes de los productores e instalar 18 tiendas en México y regiones que gustan del café gourmet como Mataró (Cataluña), Bordeaux (Francia) y La Haya (Holanda). El mercado internacional ya les aporta 60% de los 4 millones de dólares en ventas durante 2005.
Para llegar a eso, debieron sobrevivir al TLC con EU, al Ejército Zapatista y a su propio proceso de aprendizaje. Ni la insurgencia zapatista de 1994 que les generó pérdidas mayores a 50,000 dólares y les arrancó la mitad de sus asociados, los detuvo” (Expansión 938).
La otra historia, la de “Marcos el subcomandante” también rebelde chiapaneco y más conocido  -con salida de pura sangre y carrera de burro pasmado-  ya cayó en la decepción. Su intento inicial por resarcir socialmente a las clases oprimidas, se diluyó en su desempeño narcisista y protagónico para pasar a la historia como versión frívolamente intelectualoide del “Che” Guevara y cayendo en la categoría de inútiles según definición de Monsiváis su admirador que en este caso lo perjudica:
«A lo largo de este siglo XX los intelectuales en México han desempeñado funciones diversas: cortesanos de lujo del poder en turno, decoración estatal, voces disidentes (a las que se llama, para institucionalizarlas, “Conciencias Críticas”), intérpretes privilegiados de la historia y de la sociedad, espectáculos en sí mismos»…
Así ubicado, actualmente, solo tiene un periodo de dieciocho días previos al mundialista certamen futbolero Alemania 2006, para armar un mitote magno que sacuda al país y le haga el caldo gordo a los siniestros manipuladores de las campañas políticas con fines aviesos en el resultado de la elección presidencial.
Ya con estancia públicamente conocida y aceptada en el Distrito Federal  -antes ahí la pasaba pero subrepticiamente- con el pretexto de darle seguimiento y “solucionar” el caso de San Salvador Atenco, se ha montado en el “caballito de batalla” efectivo para estos casos de “reivindicación social” a gritos y sombrerazos llamado UNAM.
“La asamblea sectorial, realizada en el auditorio Che Guevara de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM, se prolongó más de siete horas, en las que unos 400 estudiantes discutieron, frente al delegado Zero, las acciones que emprenderán”
Alborotando y sacudiendo el panal, Marcos y los estudiantes acordaron que participarán en las marchas convocadas para el 28 de mayo, del Ángel de la Independencia al Zócalo, y también en la del 10 de junio.
Para su conocimiento, la del domingo 28 va a ser la más sonada. Ya la de junio, aunque sea más significativa por tratarse de un aniversario más de la matanza del jueves de Corpus durante el echeverriato, no tendrá mayor trascendencia.
El arranque del mundial de fútbol un día antes, eclipsará toda marcha, y si se diera la represión más sangrienta incluso, el alelamiento futbolero mantendrá a la opinión pública indiferente.
Solamente ya dos semanas pues, restan para el alboroto y sacudimiento pre electoral, después  -loado sea Dios, nunca una nación le debió tanto a un certamen- su majestad el balón, impondrá su reinado.