viernes, mayo 19, 2006

Lo que se siembra se cosecha…

Primer acto: Aparece el presidente Fox día y noche atosigando a toda la nación con su: “Si seguimos por este camino, México, mañana será mejor que ayer”. Su afán machacón para convencer y convencerse de haber hecho un buen papel presidencial lo lleva a granjearse la animadversión pública de una ciudadanía crítica y decepcionada.
Ya con un pie en el estribo para subirse al caballo que lo llevará pronto a su ranchito de retiro ex presidencial, insiste e insiste en echarse incienso y de paso influir ante los electores a que voten por su candidato presidencial el próximo mes de julio.
Segundo acto: Sigue en plan encimoso y terco echándose porras por todos los medios habidos y por haber. Se desata su loquera por los viajes hacia todos lados dentro y fuera del país.
Los vehículos presidenciales de transporte a su servicio, no tienen punto de reposo. Los aviones y helicópteros van de un lado a otro. Precisamente hoy, hoy, hoy… se echó una girita por Baja California. Aterrizó en Mexicali, inauguró una ampliación en una planta de tracto camiones, salió de volada para Tijuana recorriendo los doscientos kilómetros en un helicóptero llevado desde el DF, visitó otra planta industrial, siguió a Rosarito y no quiso echarse hasta ver a Ensenada… no, no, esa es otra historia.
Supervisó un hospital público casi más barato que toda la faramalla de la gira y se regresó a dormir placidamente a Los Pinos. Los motores del transporte aéreo casi acabaron fundidos por tan duro desempeño
Tan grande gira con tan poco pretexto y con un costo elevadísimo por añadidura, no sirvió más que para su lucimiento personal… lo hizo lucir como un irresponsable derrochador de dineros públicos que en lugar de propiciar votos para su candidato, le restó sufragios a futuro.
Sus asesores, voceros y consejeros tan onerosos como inútiles no han logrado hacerle ver que todo México, desea que en los estertores de su sexenio ya se ponga en paz.
Tercer acto: Siembra té de limón en unos encantadores macetones de las cabañitas presidenciales y  pa´ pronto brotan los primeros retoños. En un descuido de los guardias uno de los hijastros de visita a la estancia presidencial arrasa a mordiscos con buena parte de la cosecha.
Uno de los  múltiples barberos, pone un puñado de tierno té, en una rota bolsa de plástico para que se la lleve el ejecutivo del cambio fallido, que sale presuroso en nueva gira. Sin darse cuenta y encarrerado iba largando el té por el suelo.                    
¿Cómo se llama la obra?
“YA  LARGA TÉ  FOX”  

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