jueves, marzo 16, 2006

De teatro y juarista…

Primer acto:
Aparece Benito Juárez García presidente de México, luego de triunfar con su postura republicana ante Maximiliano el invasor, dijo en su célebre discurso:
"Mexicanos: encaminemos ahora todos nuestros esfuerzos a obtener y a consolidar los beneficios de la paz. Bajo sus auspicios, será eficaz la protección de las leyes y de las autoridades para los derechos de todos los habitantes de la República. Que el pueblo y el gobierno respeten los derechos de todos. Entre los individuos, como entre las naciones, el respeto al derecho ajeno es la paz".
Esta última frase que se afirmó la había dicho parecida el filósofo alemán Emmanuel Kant (1724-1804) años antes, es la que lo identifica plenamente como presidente justiciero y pacifista.
Terminó su discurso completándola con un: “Si este principio de política internacional mexicana se hiciera efectivo, la discordia, el afán de dominio y poderío no tendrían al mundo en peligro de una destrucción total” que por desgracia los poderosos de ambición desmedida nunca la han aplicado.
Es que por desgracia, su vida y obra no se conocen a plenitud. Ya ven, un cura de Tepic se quejaba y arremetió verbalmente contra las autoridades educativas del país por no tener aún el tino de ubicar al 12 de diciembre como fecha festiva nacional con descanso obligatorio ignorando que precisamente Juárez fue el que decretó como día festivo el 12 de diciembre, pues era guadalupano fervoroso.
A la Basílica de Guadalupe y sus bienes, no les alcanzó la nacionalización de todos los demás templos y cuando gobernador de Oaxaca, desfilaba en las procesiones públicas en honor de la Virgen y una de sus tres hijas llevó el nombre Guadalupe.
Hasta los encargados de practicar los ideales rectores fallaron. Al tomar posesión Ernesto Zedillo como presidente todopoderoso de México, se lució al anunciar enérgico que los servidores públicos por él recién nombrados, tendrían que resignarse a vivir en la honrada medianía juarista o renunciar a sus cargos.
El manoteo posterior de los dineros públicos en el sexenio zedillista hizo morir de vergüenza a la “honrada medianía” a la que el Fobaproa lleva flores de por vida a su tumba.
Sea como fuere, la frase ya compactada de: “El respeto al derecho ajeno es la paz” se identifica y relaciona con él.

Segundo acto:
Aparece un rapaz o insoportable chiquillo español, causando destrozos en el vecindario. Todas las lámparas de alumbrado público dieron cuenta de sus piedras. Tal mozalbete ibérico hacia estropicio y medio. Perros y más perros corrieron desaforados con latas ruidosas atadas a sus colas.

Tercer acto:
De nuevo el tremendo muchacho con sus travesuras, atropellando, violentando y atentando contra el ajeno derecho a vivir en armonía y paz.
        
¿Cómo se llama la obra?
“SIN RESPETO AL DERECHO AJENO EL RAPAZ”

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