De Ensenada a Yucatán todos usan Stetson y Tardán pregonaba el anuncio aquél para promocionar los famosos sombreros de esas marcas.
Ahora se pudiera cambiar a: De Ensenada hasta Cancún todo México es ajenum (pa´ que rime pues).
Con esto de la globalización impulsada festivamente durante el salinismo, ya es posible que cualquier extranjero ricachón adquiera propiedades en el país.
Lo que antes se camuflajeaba como adquisición a un largo plazo de noventa y nueve años y con prestanombres nacionales como obligados intermediarios pasó a la historia.
Actualmente los extranjeros pueden adquirir cualquier tipo de inmueble, igual que el ciudadano mexicano, dentro de las zonas denominadas no restringidas y manteniendo la propiedad como dueño directo, ajustándose a las leyes mexicanas.
Dentro de las llamadas Zonas Restringidas o prohibidas está establecido que ningún extranjero puede ser propietario de tierras dentro de una franja comprendida a menos de cien kilómetros de la frontera y a menos de cinco kilómetros del litoral o playas marítimas, sin embargo tales restricciones son letra muerta.
La elasticidad de las leyes mexicanas sobre inversión extranjera permite que con la argucia de un fideicomiso bancario -que le da automáticamente los derechos y consideraciones propias de un ciudadano mexicano- los extranjeros lucren con negocios de sus empresas turísticas, industriales o comerciales.
Lo mismo en Cancún del litoral Atlántico que en Acapulco o Nuevo Vallarta del Pacífico el manoteo impune de los dueños extranjeros del dinero hace y deshace.
En Nayarit podemos presumir todavía con orgullo que el nacionalismo está arraigado y que si en Quintana Roo un Bobby Settles cualquiera adquiere 630 hectáreas y 43 kilómetros de playas, en la región cora predominan los nacionales.
No por algo, el presidente Echeverría fundó el Fideicomiso Bahía de Banderas que ha permitido hasta al presidente Fox, adquirir asociado con el ex gobernador Antonio Echevarría una franja inmensa de valiosos terrenos playeros.
Por desgracia para el común de los carentes de recursos, el municipio de Bahía de Banderas con todo y su autonomía no ha logrado que dentro de su plan de desarrollo para treinta y cuatro playas se den los accesos públicos respectivos, y solo tres están abiertas para los legítimos dueños de las tierras o usuarios nativos.
En Sayulita también se está presentando el problema con los nuevos conquistadores de “cuello blanco” donde inversionistas de Puerto Vallarta comandados al parecer por una sobreviviente del bodrio televisivo Big Brother de nombre Raquel Arroyo Olmos, cierran caminos de acceso tradicionales a ejidos, rancherías y playas.
Hasta en la misma Sierra de Nayarit resultan afectados los supuestos dueños de las riquezas naturales. El presidente municipal del Nayar pretende acogerse a la “Autonomía de los Pueblos Indios” como recurso desesperado para sacudirse el hostigamiento de la dirigente estatal de los trabajadores del servicio público afiliados a su sindicato.
El amafiado gremio con sede en Tepic, presiona para que les den la basificación o contrato obligatorio de por vida en el ayuntamiento a 43 empleados municipales que la reclaman.
En el casi municipio más jodido resulta una aberración que la colectiva contratación sea “casi igual” al número de habitantes…
De plano ¿Qué iremos a hacer con los legítimos dueños de las tierras?
Convicciones: Políticos vs. Ciudadanos
Hace 1 año.
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