Nomáj por ejo, ya me caej bien...

Por la idea de rescatar las islas nayaritas del actual secuestro en la vía administrativa en que la tiene el omnímodo por impositivo gobierno federal, nomás por eso ya me caes bien  candidato presidencial  -pa´ los amigos y enemigos-  “Peje”.
Definir en gira por Tepic como promesa de campaña a cumplir cabalmente, la eliminación del “Penal del Pacífico” y sustituir tan ominosa prisión por un paraíso isleño infantil, es una intención cien por ciento loable.
Una isla para niños; magnífico, y otra para hacer niños también.
Ambas con una infraestructura hotelera de primer mundo y la segunda  además con atractivos paquetes lunamieleros en pro del promiscuo objetivo.
Y si de darles estancia placentera a los infantes se trata, pues que sea con parques de diversiones avanzadísimos y a precios bien cotizadísimos también.
Un exclusivo destino turístico para clientes elitistas que paguen a precio de oro su estancia y la de los privilegiados chiquillos y chiquillas (te juro que esta última mención no es compló alguno en contra tuya).
La clave es la explotación turística bien remunerada del archipiélago Islas Marías tan improductivo actualmente y por eso mismo tontamente desperdiciado.
Pero no se quiere para Nayarit una histórica expropiación con pretendido resarcimiento en justicia social para el resto del país.
Construir un centro de recreación para niños indigentes o depauperados equivaldría  a una nueva y sutil prisión Isla María Madre con prisioneros en mini versión de la actual.
Ni centro de reclusión para niños indigentes, ni concesión de centros “filantrópicos” con buen margen de ganancia y con manipulación  aturdidora del monopolio Televisa.
No más islas nayaritas de servicio público regenerativo.
Sí islas valiosas regresadas al estado para el negocio turístico exitoso y próspero.
Explotar los atractivos naturales privilegiados con lucro desmesurado incluso, será más conveniente  -si se quiere beneficiar a los menores-  para los hospicios de la nación, si se les destinan las ganancias logradas en el nuevo y productivo Hawai, Nay.
En Nayarit se han dado osados actos de soberanía estatal en aplicaciones tecnológicas con decisiones alternas no usuales en el país, pero por desgracia, la falta de visión complementaria las hizo derivar en fracaso.  
Una flota de rudos tractores checoeslovacos abrió surcos mucho tiempo en los campos del norte del estado.
Importar maquinaria agrícola más rendidora y barata del país comunista, haciendo a un lado a la monopólica empresa tractorista estadounidense prevaleciente, sentó un precedente nacional de independencia comercial.
La dificultad posterior para conseguir partes y refacciones convirtió a la orgullosa flota en un ruinoso lote de chatarra.
El presidente Echeverría  pretendió erigir en las playas de San Francisco, Nayarit la “Universidad del Tercer Mundo” invirtiendo millonadas para hacer edificios adecuados pero que al no realizarse tal empresa acabaron siendo unas carísimas ruinas.
La dotación espléndida de decenas de lanchas de pesca a campesinos transformados en pescadores  por decreto del mismo presidente, terminó en fracaso porque los improvisados hombres de mar tuvieron que malbaratar las flamantes unidades a los pescadores ancestrales.
Así que mucho ojo don Andres Manuel, que no se equivoque el plan. No más acciones populistas erróneas.
Se deben dar en comodato a la económicamente todopoderosa Iniciativa Privada las islas para su explotación comercial, pero; con un patriótico y nacionalista pero, consistente en mantener la propiedad y dar únicamente la concesión, copiando el sistema de Reservaciones Indias estadounidense que permite progresar a los propietarios legítimos de sus tierras.
En esa forma, Nayarit figurará como precursor de soluciones novedosas, cuando todos los pueblos indios de México establezcan hoteles y casinos dentro de su soberano entorno, logrando prosperidad económica que les evite emigrar y sub emplearse como mozos serviciales baratos en los grandes destinos turísticos nacionales que actualmente detentan las voraces corporaciones extranjeras.