En 1963 inició la carretera pavimentada Compostela-Puerto Vallarta. La Compostela-Tepic ya tenía mucho tiempo asfaltada.
El auge vallartense comenzaba y era obligado hacer una vía encarpetada para comunicar al puerto con Guadalajara vía Tepic.
En el sexenio echeverrísta se hizo un atajo atinado para el logro de la denominada Guadalajara-Vallarta vía corta. Con los treinta y cinco kilómetros de la nueva carretera de cuota Chapalilla-Compostela, se evitó pasar por Tepic y ahorrarse unos setenta kilómetros en esa travesía de la capital tapatía a la playa jalisciense.
El puente construido a la par que la carretera sobre el río Ameca en las goteras de Vallarta también obligaba a pagar una cuota por usarlo.
Caminos y Puentes Federales de Ingresos y Servicios Conexos (CAPUFE) era dependencia federal nueva. Fundada en 1963 en el sexenio de López Mateos (que dejó también como herencia otra regada, al establecer los diputados y senadores de minoría que en la actualidad se revierte con impuestos “candidatos” francamente criminales) su misión era hacer carreteras más cortas o con más carriles y puentes estratégicos, cobrando una cuota monetaria de recuperación a los usuarios.
Se estableció claramente, que al hacer una carretera de paga, era requisito básico establecido, que el cobro fuera solamente por un plazo de DIEZ AÑOS.
Asimismo, debía existir una carretera alterna sin costo para llegar al mismo destino. De forma tal, que el usuario pudiera elegir según su criterio la ruta a recorrer.
El costo por usar la Compostela-Chapalilla que pasa también por San Pedro Lagunillas ha sido casi siempre el equivalente a un peso por cada kilómetro recorrido que es tarifa considerada cara.
La caseta está situada a la orilla de la ciudad de Compostela e interfiere en la actualidad con el libre y gratuito paso a lugares inmediatos como la Escuela de Veterinaria y Zootecnia de la Universidad de Nayarit ubicada en la cercanía.
Durante un lustro se logró que hubiera tarifa especialmente baja para los usuarios locales de Compostela y San Pedro Lagunillas.
Después se suprimió el subsidio a los compostelenses , estando vigente el descuento en la actualidad, sólo para los sampedreños por presión de los comisariados ejidales bajo el argumento de que la mayor parte de la ruta se encuentra en su municipio.
La cerrazón burocrática centralista ha encauzado todo trámite formal de descuento a un laberinto de requisitos que desalientan y frustran a los solicitantes, los cuales optan por pagar la cuota íntegra.
Al dividir el municipio de Compostela para crear el de Bahía de Banderas, el auge turístico de Nuevo Vallarta se disparó, y para evitar molestias al turismo que circulaba sobre el puente del río Ameca, se suprimió la caseta de cobro mediante un pasmoso plumazo o firma todopoderosa defeña.
Más recientemente se hizo el libramiento Puerto Vallarta-Punta de Mita de veinte kilómetros con doble carril con su respectiva caseta de cobro. Al estarla inaugurando el presidente Zedillo, la gente se arremolinó pidiéndole que fuera vía libre. Un “que no se cobre, pues” de su parte, bastó para que actualmente, los turistas sean sólo mínimamente molestados con volantas de revisión que usan el edificio de la frustrada caseta como estancia.
Los habitantes de La Rumorosa BC, hace más de una década bloquearon por meses su carretera libre convertida impositivamente en de paga. Lograron pagar una cuota mínima, casi simbólica.
Hace un año, en la caseta de cobro Guadalajara-Zapotlanejo los lugareños tomaron las instalaciones como forma de presión para lograr que les cobraran cuota especial. Ahora les cobran 12 pesos y a los forasteros 36. Se trata de una carretera de doble carril con un puente increíble que justifica tal pago.
La vía -explotada hasta la exageración- Compostela-Chapalilla cuenta con un solo carril para cada lado. Las reparaciones son frecuentes, los accidentes por atropellar ganado se dan con frecuencia, asimismo los choques vehiculares de frente.
Recorrerla y pagarla resulta oneroso para los estudiantes, comerciantes, compradores y turistas regionales de San Pedro y Compostela que la usan a diario para ir de un poblado a otro.
El cambio foxista prometido no se dio ni en la supresión tangible de tal injusticia caminera padecida ya por 35 años.
Habrá que esperar a la cíclica esperanza sexenal, ya que en el actual, se nos durmió el gallo a los compostelenses que no supimos asesorarnos en San Salvador Atenco, Estado de México sobre la forma infalible de no permitir imposiciones chilangas, blandiendo un descomunal machete.
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