lunes, diciembre 19, 2005

PRESA DE LA PAROTA, NO DE LA YESCA MIS ACELERADOS


Todavía no se disolvía la euforia de hace diez días magnificada por una prensa regional empeñada en adelantar vísperas en su afán enfermizo de halagar al mandatario estatal nayarita, cuando desde el Distrito Federal llegó la noticia de que el dedo todo poderoso de la chilangocrácia señaló a la entidad guerrerense como lugar designado para construir una nueva macro presa hidráulica generadora de energía eléctrica.
Así, de las dos opciones geográficas se eligió el estado de Guerrero y no el de Nayarit para hacerla.
El cuento ilusorio semejante al de la lechera que por ir pensando en como invertir e incrementar el dinero que le produciría la venta de su cántaro de leche, no vio la piedra, tropezando y quebrándose vasija y sueño.
Finalmente, volteando a ver a la de Aguamilpa y a la de El Cajón, la euforia mediática mitotera se atenuará con un consolativo “con mejores presas me he quedado” que incluirá pasar por alto las posibles desventajas denunciadas por la prestigiada periodista Manú Dornbierer que considera a las macro presas como un retroceso ecológico y geográfico criminal.
Afirma dicha investigadora con veintisiete años de prestigiado y valiente desempeño que le valió ser vetada en El financiero durante todo el sexenio de Salinas, que mientras la tendencia mundial es desaparecer presas, en México se incrementan para beneficio ajeno y en perjuicio regional.
Refiere que el Instituto Polaris de Canada determinó que el desplazamiento del peso de enormes cantidades de agua está afectando incluso el movimiento de rotación de la tierra.
Desde el año 2000, USA y Canadá tienen un programa para desaparecer presas. Más de un centenar de ellas fueron desmanteladas. En Wisconsin el grupo River Alliance lanzó un programa para la eliminación de 20 presas en 6 comunidades. Friends of the Earth y American Rivers lograron con los pueblos afectados eliminar presas en la cuenca de los ríos Columbia y Snake. Se intenta lograr la eliminación de las presas que inundaron el Valle Hetch en el Parque Nacional de Yosemite. Estados Unidos está desmantelando 170 presas para devolverle la vida a sus ríos.  Respecto al proyecto de la Parota desde febrero de 2004 el Programa Universitario de Medio Ambiente (PUMA) de la UNAM dictaminó las desventajas sobre la construcción de dicha presa aprovechando la corriente del río Papagayo publicando:
“El vaso del embalse del proyecto, el Cerro de los Mayos dentro de la presa La Parota muestra indicios comprobados de intensa actividad sísmica... De acuerdo al proyecto el anclaje izquierdo de la cortina según el sentido de la corriente fluvial descansará sobre la parte más activa sismicamente... El área de influencia del proyecto La Parota queda expuesta a movimientos sísmicos frecuentes e intensos y también se confirma que los riesgos sísmicos podrían aumentar por la remoción de masa realizados durante la ejecución del Presa Hidroeléctrica La Parota” y sigue: “En caso de la ocurrencia de sismos oceánicos con desplazamientos verticales de la corteza, típicos de la generación de tsunamis , pudiera presentarse la generación de los mismos en la zona costera de los cordones litorales que separan la Laguna de Tres Palos del Océano Pacífico”. ”El enorme peso de la presa y del agua causará indefectiblemente terremotos más y más graves por supuesto que los que son “normales” en el Pacífico. Se tienen pruebas que en unas 70 presas ubicadas en cuencas menos frágiles que la que está en cuestión, los temblores aumentaron.  
El 24 de agosto 2004 en otro comunicado PUMA señala diversos puntos. “Acapulco fue el epicentro del sismo de 8.1 escala Richter que afectó gravemente a la ciudad de México en 1985. El lugar del embalse no ofrece seguridad por incluir zonas geológicas activas de intensa movilidad. La subducción que se presenta entre las dos placas tectónicas: Placa oceánica de Cocos y la Placa Continental Norteamericana genera fricciones que liberan constantemente energía sísmica. La zona más comprometida es precisamente la faja pacífica en que se encontrará La Parota frente a Trinchera Mesoamericana o Fosa Acapulco que es la zona más sísmica del país ubicada a 70 kilómetros al sur de la desembocadura del Río Papagayo. Podrían presentarse sismos oceánicos, con desplazamientos verticales de la corteza que generan tsunamis.
En suma, susceptibilidad de la zona a sismicidad, deslizamientos, derrumbes, inundaciones, movimientos de tierra, de roca y posible actividad volcánica”.
Más que otras presas contribuirá al calentamiento del planeta al impedir la absorción de C02. Se perderá mucha agua por evaporación, se destruirá el ecosistema al disminuir las plantas y el oxígeno, la fauna y la flora de agua dulce y de agua salada y desequilibrará la costa, pues el agua salada entrará en pozos, tierras fértiles y jardines y erosionará las playas.
¡Huy Dios! Con riesgo de ser despedazado por los festivos canarios gubernamentales ya estoy creyendo que el dictamen PUMA lo escribió un yesqueño resentido.

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