miércoles, diciembre 14, 2005

PORQUE SI JUÁREZ NO HUBIERA MUERTO...

Andaría recogiendo botes de aluminio para subsistir el internacionalmente laureado y graníticamente honrado héroe mexicano. Tan cruda hipótesis se basaría en su congruente desempeño público austero. De seguro no admitiría la exagerada pensión de ex presidente, ni sus aguinaldos abultados, ni partidas compensatorias, ni la onerosa escolta de protección y servicio extensiva a familiares. Ni como abogado triunfaría, pues para ser exitoso hoy día habría que emular a un Diego Fernández de Cevallos con su cauda de trampas, argucias, avaricia y complicidades, que de plano no encajaría con su perfil, y con su pregonada y practicada honrada medianía.
Reconocido en Colombia como Benemérito de las Américas, en su propio país se le ha ninguneado sin consideración de una u otra forma. No se le respeta, ni por atención mínima a su condición de difunto.  
De un extremo a otro se ha ido el asunto. Cuando el cómico Manuel “Loco” Valdéz contó en su programa televisivo de los setentas un chiste que sugería alusión irrespetuosa al personaje, la inflexible y represora Secretaría de Gobernación diazordacista lo sancionó con fuerte multa. La torquemadista institución de entonces hasta derrapó fuera de los caminos legales en su papel de fanatizada rectora del comportamiento de los medios de difusión.  
Preguntó  -en proyección nacional-  para sí el famoso “orate” ¿Quién es el bombero más famoso de México? Respondiéndose de inmediato: Pues Bomberito Juárez…
Ni con demanda previa interpuesta siquiera por algún bombero apellidado Juárez, el aparato legal se lanzó contra el hoy abuelo de la hija de Cristian Castro en su enfermizo celo por sancionar a quien ofendiera  -aunque fuese sin ofender- a los héroes nacionales.
1972 fue declarado “Año de Juárez” por echeverrista iniciativa. En los documentos oficiales aparecía la frase halagadora, pero se acabó el año y se acabó la efímera distinción. A ver si acabando el antijuarista sexenio vigente, el próximo le hace justicia declarando al incipiente siglo como “Centuria de Juárez”.
Actualmente, ya con una metamorfoseada y alcahueta dependencia federal que permite difusiones televisivas bigbrotheras, laorejeras, y demás vómitos tele difundidos, y con su titular  -al que atinadamente bautiza el escritor Flota como Abad scal sustituyendo por Abascal dada su tendencia fanático religiosa-  que ha dado manga ancha al clero católico en sus terrenales incursiones políticas inapropiadas, se dio una  risible si no fuera tragicómica anécdota tepicense.
Con un lleno total del citadino templo a la Virgen de Guadalupe y en misa tempranera del pasado lunes festivo religioso, el cura “Chava” arremetió verbalmente contra las autoridades educativas del país por no tener aún el tino de ubicar al 12 de diciembre como fecha festiva nacional con descanso obligatorio. ¿Qué fuera de la república toda y de su plan educativo si en Cholula, Puebla donde hay un templo para cada santo se reuniera el alto clero exigente, que reclamara su día festivo y de asueto para cada uno de los santificados titulares de parroquia?
Por fortuna el comentario dicho a las cinco y media de la madrugada por el presbítero Salvador Santiago, no germinó en la infértil modorra prevaleciente de esa hora,  y su despectivo: …“no como cuando se celebra el nacimiento de ese tal Benito, el que nació en Oaxaca. A él si le festejan sin clases y a la Virgen de Guadalupe no” se disolvió rápidamente como el incienso ambiental que lo acompañaba.
Pobre Benito Juárez García, tu azaroso desempeño de heroico defensor republicano contra lo externo y su maximilianato, y contra lo interno infectado de rapiñeria clerical, no se ha comprendido a cabalidad.  
Un pueblito birriero de Jalisco se presume como Acatlán de Juárez y la única ciudad que lleva tu apellido, es denigrante referencia. Sirve para ubicar a un destacado grupo narcotraficante criminal. Los asesinatos irresueltos y en gran número de víctimas femeninas caracterizan también lo tuyo, y el colmo de los colmos, un famoso compositor y cantante intercala en sus interpretaciones un ilógico gritito de dudosa virilidad más burlesco que de orgullosa referencia a favor. Pobre Juárez, tan lejos del justo reconocimiento y tan cerca del “Cártel de Juárez”, “Las Muertas de Juárez” y del peormente choteador ¡Arriba Juárez!

1 comentario:

Unknown dijo...

Por lo menos muchas calles llevan su nombre, así como el aeropuerto internacional de México