domingo, febrero 17, 2008

Infancia inerme ante burradas de politicastros

A nivel personal, el presidente municipal de Tepic Manuel Humberto Cota Jiménez debería imponerse un nuevo estilo de vida. Algunos reyes, emperadores o tiranos de tiempos idos, acostumbraban, antes de comer algo, dar a probar sus platillos a algún subordinado o esclavo para asegurarse de que no tuviera veneno mortal alguno. Una vez descartado el peligro, el prominente personaje, consumía tranquilo sus alimentos o bebidas.
De igual forma, el alcalde tepicense debe hacerse de personal eficiente y fiel que le quite sinsabores hasta en sus cotidianidades. ¿Cómo imaginar que en un programa televisivo de comicidad analítica, saltara de repente la liebre hostigadora? Con medidas preventivas de avanzada, pudo haberse evitado ver el viernes 15 de este febrero el programa nocturno “El Notifiero” de Víctor Trujillo en su papel de “Brozo el payaso tenebroso” de “El Canal de las Estrellas” en proyección nacional.

En dicha emisión, el burlesco “Brozo”, que personifica a cabalidad la frase de Ambrose Bierce “El cómico, es el critico más feroz de su tiempo” sacó a colación el triste caso de la niña Magali Josefina Cortés Valdés de Estación Roseta municipio de Tepic; para, de plano asegurar que la muerte de la infante -con agonía de meses- se debió a la ingestión de agua contaminada del río Santa Rosa, criticando de paso acremente a “las autoridades nayaritas” por haber propiciado tal desgracia.
Ilustró su nota con imágenes crudas del rostro de la niña en su cama de hospital. La facies distorsionada por el efecto de invalidez radical asociado a su mirada vidriosa dirigida a la nada, dio la impresión de una desafortunada proyección televisiva con total falta de respeto para los todavía afligidos dolientes.
La mención de tan lamentable hecho, fue previa a la referencia del caso de Miguel Ángel López Rocha, niño jalisciense de ocho años, que viviendo en El Salto, acostumbraba bañarse en el cercano río Santiago, con tan mala fortuna que llegó a ingerir agua contaminada con arsénico. Tan alta fue la dosis, que su agonía se prolongó por dieciocho días en estado de coma, condición tan dramática que terminó, sólo con su fallecimiento.
El protagonista del programa cómico sarcástico televisivo, asoció ambos casos con la culpabilidad resultante, por omisiones de las diversas instancias de gobierno, que no cumplieron sus desempeños como debiera de ser. En otras palabras, imperaron la irresponsabilidad y la negligencia oficiales, perjudicando al más desvalido sector de la sociedad.
Las soluciones posteriores a las desgracias, no erradicaran el resentimiento social generalizado. El puente sobre el río Santa Rosa, por muy bien hecho que se haga, no sustituirá jamás elogio por condena. El entubamiento a efectuarse del tramo riesgoso del río Santiago cerca de la población salteña, no le quitará -jamás, también- la grave contaminación que por más de treinta años acompaña al caudal de agua que por desgracia desemboca en costas nayaritas, previa “nutrición” a las presas Aguamilpa y El Cajón que surten de peces a los pescadores regionales.

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