México con el síndrome Ana Gabriela Guevara. A estas alturas o tiempos mejor expresado, el sector de la sociedad mexicana esforzada cotidianamente por lograr un desempeño óptimo, exitoso, triunfal, pleno y destacado; se ve reflejado en el caso Ana Guevara.
Dar todo lo bueno de sí, enfrentar los retos con entusiasmo, preparación y ahínco, era el intento primario de todo ciudadano de conducta normal. Los valores morales, la ética y los principios cívicos inculcados predominaban en la conducta colectiva, hacia un progreso social benéfico para todos.
La dedicación extremadamente disciplinada y constante de la mejor velocista mexicana hasta la fecha, fue reemplazada por el desencanto. A su positivismo y convicción lo reemplazó la adinamia gradual por decepción ante una burocracia deportiva estorbante y la renuncia por dignidad a su carrera deportiva engrandece su imagen pública.
Quedan para la historia sus valientes señalamientos contra los directivos oficiales del deporte en México y contra la explotación comercial: “Televisa se llevó como 45 millones de dólares y TV Azteca casi 11 millones. Yo no vi ni 1% de ese dinero. Les dije: ya probaron que soy un producto rentable: en 2001 nos fue muy bien; en 2002 se realizó la presentación estelar de todo el proyecto; en 2003 logré el campeonato del mundo, y en los Juegos Olímpicos de 2004 paralizamos el país”
Por desgracia, la situación caótica en la estructura social mexicana se está presentando con una regularidad verdaderamente preocupante. Hay ya decepción generalizada ante tanta situación vigente de todo tipo. La economía familiar casi pierde su duelo diario contra la inflación; la irregularidad climática acentuada, refleja un desbalance ecológico en el que todos participamos en mayor o menor grado de conciencia; la decepción ciudadana ante la clase política de ruin desempeño preocupada únicamente por sus intereses centaveros, tiene como colofón, el magno problema por consumo de drogas y por traficantes de las mismas con su estela de crímenes relacionados.
Un ejemplo de verdadera pesadilla fueron las acciones de violencia criminal reciente en Tijuana. Un grupo armado con rifles de alto poder, acribilló la fachada de una casa humilde con el fin de dar muerte a un jefe policiaco, retirándose inmediatamente y dando por terminada la acción. Horas después en acto similar, el mismo grupo, al darse cuenta de que habían equivocado el domicilio, la emprendieron con su lluvia de balas contra el verdadero hogar del policía por asesinar, logrando darle muerte junto con otros dos familiares que esa noche, también dormían.
Al siguiente día, durante los servicios religiosos a plena mañana, se frustró otra masacre contra los asistentes de una iglesia. Los sonidos de balazos y el aislamiento de tres manzanas a la redonda, iniciaron una pesadilla de tres horas para los moradores de tan magna área. Los desafortunados residentes, se mantuvieron en vilo por tan largo lapso de tiempo y las imágenes nunca vistas de pequeños huyendo despavoridos y siendo desalojados cargados en brazos de policías, hicieron su debut ante un México absurdo.
Ojalá que el desenlace para la atleta sonorense y para el País no sea el derrumbe total y el acabose con pérdida de fe extrema.
Convicciones: Políticos vs. Ciudadanos
Hace 1 año.
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