miércoles, abril 19, 2006

Las posaaa...das, carnal...ssssh

Sinónimo de una excusa que pinta de cuerpo entero al mexicano irresponsable y que busca culpar a las condiciones propiciadoras más que a su carente responsabilidad.
Se da cuando comienzan los festejos navideños y como atenuante esgrimido ante un policía, por el borracho conductor embrutecido, luego de haber causado muerte y daños en la vía pública con el fatídico automóvil. En coincidencia fatal, las conmemoraciones por el nacimiento y por la muerte de Cristo en el México “precioso” (sinónimo de aborrecible según el diccionario de la Real Academia de los Deslenguados) son similares en número de muertes por accidentes o riñas al influjo del alcohol, estupefacientes o precauciones relegadas. Así ha sido siempre, pero en esta Semana Santa pasada, casi se rompe record mundial de muertos por accidente en un solo autobús. Con una facilidad pasmosamente impune, el magno ataúd rodante con falla en los frenos, con 22 años de antigüedad y 65 pasajeros a bordo, cayó a un barranco, muriendo 60 personas. Regresaban a su lugar de origen después de un congreso religioso, y a la odiosa actitud valemadrista de los encargados de transportarlos tal vez se agregue la resignada creencia de que murieron santificados al haber participado antes en la congregación de fe. De plano da inmenso coraje que por burradas de unos cuantos se tenga que aportar “una cuota de muerte” con personas inocentes y útiles. Igual pasa con la guerra impune entre narcos que se llevan entre las pezuñas a muchos que ni la debían ni la temían. Han de dispensar, pero una canción actual que el IFE canta a sus candidatos presidenciales restantes y dedicada a un AMLO-SLIM que no acudirá al debate entre ellos el próximo 25 de abril, distrae mi admonición anterior: “Rodeados en la mesa mis hijos y yo/ miramos con tristeza la silla vacía/ vacía que con tu engaño y tu infamia quedo/ pa’ ruina de tu vida la de ellos y mía/. A veces me preguntan/ que en donde estarás/ y el hecho de mentirles/ me llena de espanto/ les digo que en cielo/ y de allá los veras/ que los quisiste mucho/ y que si fuiste santo/. Les tuve que mentir/ pa’ no hacerlos sufrir/ y me toco llorar/ sangre del alma mía/ no podía decirles/ que fuiste capaz/ de intercambiar con otro/ tu hangar sin mis hijos... Les tuve que mentir/ pa’ no hacerlos sufrir/ y me toco llorar/ sangre del alma mía/ no podía decirles/ que fuiste capaz/ de intercambiar con otro/ tu hangar (plataforma de despegue) sin mis hijos

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