lunes, marzo 10, 2008

Añoranzas, añoranzas...

Coincidente en aquél tiempo y espacio geográfico del norte de Nayarit, se presentó el alumbramiento inminente. Nació niña, se convirtió en mujer y a su vez, en su momento dio a luz a otros seres a los que inculcó tal amor ejemplificado, que cotidianamente recordamos nostálgicos su inicio, desarrollo e influencia y su final. Ciclo terrenal iniciado el 10 de marzo de 1914 y cerrado el 30 de julio de 2004.
En esta fecha cumpliría 94 años María Teófila Cervantes, quien en unión con José Narno Rivera formó a la compostelense familia Rivera Cervantes. El recuerdo amoroso llegará con toda la fuerza del recuerdo grato hasta su mundo ya perennemente espiritual.
Su primogénito José de Jesús desempeñándose en 1969 como mentor en el internado para niños Coronel J. Cruz Gálvez de Hermosillo, plasmó su versión por el amor materno sentido:
“Imposible explicar a un ser humano/ el símbolo sublime de una madre/ podremos platicar de hermano a hermano/ discurrir y discurrir año tras año/ del regalo del cielo que es la madre.
Sea cual sea su origen/ sea cual fuese su estado/ la mujer se sublima al engendrar/ a la mujer se diviniza al respetar/ porque el Cielo la ha señalado/ con índice divino en ¡ser madre!
Existen en el mundo grandes hombres/ que al saber de una madre la han loado/ existen en el mundo hombres crueles/ contra madre propia han vociferado.
Pero a través de la historia/ que siempre sus grandes puertas abre/
Se abrirá suprema Gloria/ para toda mujer llamada ¡Madre!”
Todo recuerdo sobre el Compostela del siglo pasado se agolpa y se fija de nuevo -con la fuerza de tal golpe- en el alma. El pueblo de vivencias agradables y por ende inolvidables de aquél mundo provinciano no tan complicado, se asoma hasta acompañado de la inspiración del canta autor Alberto Cortez.“Viento, campos y caminos... distancia, qué cantidad de recuerdos, de infancia, amores y amigos... distancia, que se han quedado tan lejos.Entre las calles amigas... distancia, del viejo y querido pueblo, donde se abrieron mis ojos... distancia, donde jugué de pequeño.Un corazón de guitarra quisiera, para cantar lo que siento. Allí viví la alegría... distancia, de aquel primer sentimiento, que se ha quedado dormida... distanciaentre la niebla del tiempo.Primer amor de mi vida... distancia, que no pasó del intento; primer poema del alma... distancia, que se ha quedado en silencio.Un corazón de guitarra quisiera, para cantar lo que siento.¿Dónde estarán los amigos... distancia, que compartieron mis juegos?¿quién sabe donde se han ido... distancia, lo que habrá sido de ellos?.Regresaré a mis estrellas... distancia, les contaré mi secreto: que sigo amando a mi tierra... distancia, aunque me encuentre tan lejos.Un corazón sin distancia quisiera, para volver a mi pueblo.

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