martes, noviembre 29, 2005

MERECIDO HOMENAJE EN COMPOSTELA, NAYARIT

Como un niño que sueña a ser grande para superar sus limitaciones, así, el compostelense  pueblo nayarita ansiaba el desarrollo tecnológico.
Sus calles empedradas reclamaban pavimentación, se luchaba por establecer y mantener en funciones la única escuela Secundaria, el viejo mercado no se daba por afectado ante la ausencia de supercentros comerciales, el servicio público de autobuses foráneos pregonaba su limitado desempeño Tepic-Compostela-Puerto Vallarta, y el estatus de modorra pueblerina, clamaba por la presencia de la ansiada señal televisiva.
Pero los tiempos no se podían adelantar y en aquellas décadas de los cincuenta y sesenta del siglo pasado los avances tardaban en llegar. Los paseos a la estación del tren, a la alberca pública, ver las películas nacionales en blanco y negro en el viejo cine Zaragoza y cumplir con la asistencia a misa dominical de nueve de la mañana, llenaban las aspiraciones de distracción  infantiles.
Sin embargo, el conglomerado de habitantes menores, teníamos un espectáculo extra que disfrutábamos con mayor deleite. Las increíbles proyecciones de películas caricaturizadas en plena vía pública. Con una sábana blanca por pantalla y con el empedrado de la efímeramente cerrada calle por asiento, disfrutábamos –a punto de éxtasis-  aquellos niños de entonces.
Tan codiciado banquete cinematográfico gratuito se presentaba de improviso, y aguzar el ingenio para disfrutarlo era obligado. Con un chiflidito exclusivamente característico para tal ocasión, se daba a conocer a los demás interesados, sobre la vigencia de la función. El que percibía el silbidito de alegre tonada, sabía que había que lanzar al aire uno semejante para que a su vez el receptor nuevo lo emitiera, formándose así una cadena de alegre complicidad convocatoria, a la que se acudía con prontitud y regocijo.
El “Dejad que los niños se acerquen a mí” dicho por Jesucristo dando a entender lo valioso que resulta comprender, estimular y festejar a los infantes; agregado a la también suya frase:
“El que no se asemeje a un niño no entrará al reino de los Cielos” se volvieron tangiblemente practicadas por un valiosísimo pilar de la comunidad, al que la comunidad de Compostela se había tardado en  rendirle un merecido homenaje.
Mantener con generoso aporte la salud pública de los semejantes, anteponiendo el bienestar del prójimo a la ganancia monetaria e involucrarse en el sano desarrollo mental de los menores mediante las convivencias infantiles espontáneas y generosas, constituyó un ejemplo a seguir que fructificó en una generación de adultos mentalmente sanos y generosos también.  
El pesar de no estar presente en el homenaje público que será tributado en la ciudad de Compostela, Nayarit el día 30 de noviembre de 2005 al eminente Médico Cirujano y Partero no logra atenuar el regocijo al saber que será reconocido, valorado y festejado su invaluable desempeño social.
¡Felicidades e inmensas gracias Dr. José de Jesús Puga Ulloa!




1 comentario:

Anónimo dijo...

buenas tardes

mi nombre es Horacio Ramirez, hace unos dias vi un publicado de esta pagina acerca de un poco de historia de la carretera compostela-puerto vallarta y me interesa ver la posibilidad de que me la pudiera mandar al correo horacio_11@hotmail.com, la informacion sera utilizada en la tesis de maestra que estoy efectuando, de ante mano muchas gracias