miércoles, noviembre 29, 2006

Dejad que los niños me enseñen a mí…

Un ingenioso y bien logrado anuncio satura las pantallas televisivas. Dos niños, jugando con un rompecabezas gigante de la república mexicana se enfrascan en jaloneos para apoderarse de una de las piezas a acomodar. Una niña interviene conminándolos a solucionar con diálogo el conflicto de intereses. Se convencen y finalmente uno de ellos pasa el brazo por encima del otro en un aceptable abrazo amistoso y juntos se encaminan a colocar la pieza del juego en su lugar.
Loable sin duda la inoculación de concordia en las mentes de los ciudadanos del futuro. Lo increíble es que lo patrocina y promueve la actual Cámara de diputados federales. Sí, no se ría, que es trágico; esa misma Cámara que “toman” los diputados violentamente, a la brava, con el menor pretexto y que más parece arena de box y lucha que honorable recinto parlamentario.
Cuando el último informe del presidente Fox, los perredistas hicieron su numerito. Ahora, previo a la toma de Protesta de Felipe Calderón, los panistas se adelantan y se apoderan del estrado hasta que se realice el acto y su plan es permanecer por tres días resguardando la tribuna para que no les sea posible interferir a los del sol azteca.
Los jaloneos, empujones, caídas e improperios no tardaron en aparecer, alzándose el PAN con el triunfo del primer raund. Las tragicómicas caídas ya de antología, las protagonizó el perredista melenudo Víctor Varela que más pareció clon del “Perro Aguayo” y sus características greñas, que legislador federal. Ya entrada la noche se observó a Lolita de Méndez -seguramente ya con zapatillas nuevas- haciendo guardia en el podio y a la mañana siguiente se dejó ver el zacatecano “Rey del Tomate” arribando para relevar a otro panista.
Este palurdo diputado blanquiazul y ex militante perredista llamado Andrés Bermúdez no tuvo ni siquiera la atención de quitarse el sombrero por estar dentro de un recinto oficial y frente a dos gigantes banderas que adornan la tribuna. Nomás le faltó un acordeón para semejarse a Ramón Ayala, pues su vestuario, cinto piteado, sombrero negro, crucifijo vistoso de oro y anillo del mismo metal lo hicieron aparentar un cantante grupero más que un experto en proponer y analizar leyes.
Pero pues así se las gastan los partidos en su afán por aparentar coincidencias populares con el electorado. Reciclado por el PAN actualmente es diputado para vergüenza nacional este “Rey del Tomate” que disputó y ganó por el PRD la alcaldía de Jerez, Zacatecas, pero al no tener la antigüedad en residencia que por ley se exige, lo despojaron del triunfo.
Residiendo en Sacramento, California dejó sus negocios agrícolas exitosos pretendiendo fama pública en el mundillo de la política mexicana. Atrás quedó aquél 1974 cuando un compadre lo pasó hacia Estados Unidos en la cajuela de su carro, su estancia inicial en Carolina del Norte y posteriormente en California donde amasó una fortuna millonaria en dólares, seguramente haciéndola de hostigante mayordomo rural de esos que explotan en grado de esclavitud a los paisanos que se matan -en trabajos que ni los negros quieren hacer- chambeando en los campos del estado donde el fortachón Schwarzenegger es el actual gobernante.
La madrugada del día siguiente a la “toma” del Congreso, dejó ver a los “honorables” legisladores durmiendo rodeados de papeles desechados como basura y como viles “diputados de la calle”. Las imágenes por primera vez los captaron descaradamente en su verdadero desempeño; ir a sesionar durmiendo.

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