domingo, abril 06, 2008

¡Ah chapulinero cabrón!

De plano, que corrientada magna se dio en Tepic de Enfermo, Nayarit. Qué Riviera Nayarit, Nuevo Vallarta, presas hidroeléctricas magnas, playas norteñas de ensueño, paseo La Tobara entre manglares, ni demás atractivos magnos en el estado; Nayarit destacará a nivel mundial por el atraso en que lo tienen inmerso la manada de politicastros de huarache.
Lo que parecía una reforma estatal electoral de lujo, para honra de Nayarit y para vergüenza del resto de los estados, se vio manchada, de plano, por la loquera de camaleones rapiñeros de redituable protagonismo insaciable. Por desgracia no se desprestigian ellos solos, la mancha escatológica cubre a los habitantes del estado todo.
Y pensar que Efrén Velásquez presidente de la Comisión de Gobierno Legislativo impidió hasta la simple discusión y análisis para reducir el número de legisladores en Nayarit, bajo su argumento de “no se han captado propuestas de la ciudadanía en este sentido”. Con la desbandada indigna, se descubrió que casi la mitad de diputados locales sale sobrando.
La histórica -por denigrante- renuncia de catorce diputados locales en afanosa búsqueda por lograr otro lucrativo cargo político sin haber cumplido el asignado, levantará ámpula, si no a nivel regional, sí al nacional, cuando menos en los sótanos de la imperante política ruin de albañal.
Tan grises resultaron algunos, que al conocer sus nombres, se entera por fin la opinión pública de que fungían como legisladores estatales. De no haber sido por su renuncia, sólo Dios sabría de su existencia. El colmo será que partido político alguno los arropara como candidatos a puestos de elección popular, cuando, por el contrario, debiera incluirlos en una lista negra para excluirlos de por vida, de todo proceso electoral.
Y mas colmo aún, que por el injustificablemente todavía existente método de diputados de representación proporcional, lograran encaramarse a los sillones del Congreso estatal. Denigrante, que algún prófugo cameral llegara a regidor, alcalde o síndico, cuando bien pudieran lucir en conjunto, como adorno colectivo de político racimo de horca. Hasta la medalla Emilia Ortiz otorgada el viernes pasado por el Congreso a la nayarita Consuelo Sáizar Guerrero actual directora del Fondo de Cultura Económica en México, se demerita, pues fue decidida por legisladores huidizos a los que tarde se les hacía para librar el plazo y calificar como candidatos del 6 de julio próximo.
El colofón de celebrar en grande la renuncia como diputado de Roberto Sandoval Castañeda con banda, comilona y ríos de cerveza lo ubica como representativo natural de toda la bola de renunciantes centaveros. Si ya desde antes se ubicaba como diputado absurdo que ni dentro del recinto oficial se descubría la cabeza -como dictan las mínimas normas de civismo- ese remate de alegórica presunción post renuncia, lo arrejolan al sótano de los archivos de procedimientos políticos partidistas priístas aberrantes de los años cuarentas.
Si al bello estado de Oaxaca lo desprestigiaron los revoltosos “sAppo´s” a Nayarit, los desmadrosos chapulines.

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