jueves, enero 21, 2010

De cuando lo cercano opaca lo distante...


De la foto Los Rivera: Nacho, Polo, don José (qepd) Luis, Chuy (qepd) y Moy (qepd)


Él nació a mediados de un enero de la primera mitad del siglo pasado. Él, por haberlas estudiado en instituciones específicas, sabía mucho de religión y de leyes. Él enseñó, forjó y defendió a numerosos grupos que aún lo recuerdan sentidamente. Él hizo de su vivir, un apostolado al servicio de los demás. Él, por causas de interés público, se enfrentó al sistema gubernamental imperante. Él murió, dejando una sensación de que aún pudo haber hecho más en la vida.
La mayoría de lectores imaginará que me refiero a Martin Luther King nacido el 15 de enero de 1929 en Atlanta, Georgia, pero me refiero a J. Jesús Rivera Cervantes que arribó al mundo el 21 de enero de 1941 en Compostela , Nayarit. Martin Luther estudió religión y leyes civiles. Jesús Rivera estuvo pocos años en el Seminario de Tepic, en esta misma ciudad, egresó de la escuela Normal como maestro y mucho después de la Universidad Autónoma de Nayarit como abogado.
El desempeño público social a favor de la defensa y educación colectiva por parte de Luther King es conocido mundialmente. El logro hacia el mismo fin por parte de Rivera Cervantes, es modesto, pero recordado por las numerosas generaciones de escolares a los que forjó y por varios de sus colegas maestros a los que defendió por abusos en su contra por parte de la directiva del Internado para menores “Coronel J. Cruz Gálvez” en Hermosillo, Sonora, y que repercutió en su despido por parte del sistema educativo oficial maleado y contra el cual luchó hasta el final de sus días.
Martin Luther King murió en activo, fue asesinado en Memphis, Tennessee y su lucha quedó trunca. Es venerado por millones. J. Jesús Rivera Cervantes concluyó con su muerte en Ensenada, Baja California su labor didáctica. En lo personal, su biografía con lazos de consanguineidad, es más trascendente.
Es mundialmente conocido el drama ancestral de los haitianos y el colmo fatal reciente por causa de los sismos de terribles consecuencias. Todo mundo habla de ello y colabora a la resolución de su conflictiva deprimente. Muchos lucran y presumen sus protagonismos a costa del drama de la totalidad de los habitantes de Haití.
Volteando a lo cercano, a México, sufro más y me preocupa enormemente, la situación de crisis nacional magna que perjudica a quienes nos alcanzó la pobreza crónica y que ya somos mayoría. Otra vez, en mi sentir; lo cercano opaca lo distante.

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