lunes, diciembre 11, 2006

Valores tergiversados...

Ni duda cabe que cuando se está en situación expectante, el tiempo transcurre con lentitud desesperante. Parecían eternos los días del epílogo foxista, pero una vez superada esa etapa, las fechas ya encarreradas hasta parecen atropellarse. Volteando hacia atrás, se observan como temas viejos los sucesos del primero de diciembre y la semana completa de vigencia calderonista parece añeja.
Como efecto contrario resurge la fecha 23 de noviembre. A tres semanas de su deceso, la figura de J. Jesús Blancornelas emerge con toda la fuerza de su largo y prestigiado historial como periodista. Pareció que la mar revuelta de la segunda quincena de noviembre, hundían su biografía y trascendencia o su vida y obra, pero como todo lo valioso, al final flotó sobre las aguas, dominó el horizonte y siguió navegando con inmaculado desplazamiento.
Sucesos frívolos recientes, hacen más notorio su apostolado a favor de la verdad y de la justicia. Un Club de periodistas de México repartió preseas a distinguidos incondicionales de empresas poderosas en los medios de difusión. Se “distinguió” a un Eduardo Andrade Sánchez que de ser comentarista deportivo de Televisa, escaló gracias a su lambisconería diversos puestos públicos arropado por el PRI y con igual actitud bajuna medra actualmente en la Organización Editorial Mexicana de su símil Mario Vásquez Raña, como escritor y locutor político tendencioso. Sí, es el mismo que irrumpió borracho en un noticiero de López Dóriga reclamándole su falta de atención al no recibirlo en ese mismo momento. Fue cuando su hermano Sergio Andrade estaba preso en Brasil por abuso de menores junto con Gloria Trevi y “Lalito” pretendía presumir de influyentismo. Las pantallas mostraron el estira y afloja de los dos personajes y el borrachín, mostró el cobre.
En estos diciembreros días también, en Tijuana, el alcalde Jorge Hank Rhon hijo de Carlos Hank González, finado profesor rural metido a político y enriquecido dentro del “Sistema” por sus malas artes; patrocinó la boda de su hijastra adoptada como hija. Previamente se celebró un “prenupcial” a la mexicana con los novios e invitados disfrazados de charros y chinas poblanas en una plaza de toros con corrida incluida. Ya en la ceremonia religiosa, logró reunir a tres obispos -uno yucateco con viáticos pagados- y a seis sacerdotes más, para impartir la misa.
Los cánticos sacros estuvieron a cargo de los Niños Cantores de Viena -se ignora el costo- y el festejo posterior en instalaciones del hipódromo Agua Caliente de su propiedad -disfrazada como concesión federal- estuvo amenizado ni más ni menos que por Luis Miguel que cobró libre de comprometedores impuestos carstensistas 90 mil dólares.
Tales derroches ofensivos de éste personaje político que pretende ser el próximo gobernador de Baja California y que gusta de recorrer en su papel de presidente municipal colonias populares tijuanenses en “giras de trabajo” a bordo de su automóvil
-exquisitamente extranjero- de 350 mil dólares, se tornan más ofensivos al tener presente la sociedad bajacaliforniana, sus antecedentes de presunto homicida intelectual
que por 18 años le restregó en la cara el periodista Blancornelas.
El 20 de abril de 1988 asesinaron en Tijuana a Héctor “Gato” Félix Miranda, codirector y socio fundador con Blancornelas del semanario “Zeta”. Tres guardaespaldas de Hank Rhon lo coparon y abatieron con tiros de escopeta de carro a carro. Fueron capturados y sentenciados pero quedó la sospecha de autoría intelectual sobre el político y empresario ofendido por los escritos del “Gato” Félix. Semana a semana apareció una plana entera del codirector Blancornelas con el reclamo permanente respecto a la supuesta complicidad no castigada por las autoridades respectivas.
El laureado periodista reconocido internacionalmente falleció ante una confundida sociedad mexicana de final de sexenio y opacado por la muerte de dos figuras del espectáculo; Raúl Velazco y Valentín Elizalde.
El todopoderoso político y regenteador de centros de apuestas en la república fue idolatrado por un sector frívolo de la elitista sociedad ajena al significado de justicia social.
2006 cierra su ciclo con esa cruel ironía.

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