De las fotos: Ya bajo el régimen gringo, pues menos pedotes al volante. Vista de fuera del negocio chocado y la otra desde adentro del mismo.
Un no rotundo a los carros chuecos amparados por asociaciones más chuecas todavía que al embrujo de pegar una calcomanía de Anapromex u Onappafa se evitan placas de circulación.
De Kennedy y sus paseos en yate con encueradas ninfas de sobra.
Estados Unidos de América siglo XXI.
El perdido a todas va ¿habrá que anexar y escriturar nuestro país México a Estados Unidos de Norteamérica? Puede que sí, de plano. Lo impensable desde siempre, podría ser la solución. Tan sólo en un aspecto problemático, se erradicaría la mortandad padecida en Ciudad Juárez, Chihuahua, hoy por hoy catalogada como la más violenta del mundo y vecina -como contrasentido vergonzoso- de El Paso, Texas, a su vez conocida, como la más segura de la nación gobernada por Barak Obama.
Una vez celebrados por nuestro pueblo chicharronero, los totalmente fallidos movimientos reivindicadores de Independencia y Revolución mexicanas de esperanzadora justicia social frustrada; se iniciaría el borrón y cuenta nueva del siglo veintiuno. El negro porvenir transmutaría a un obamero tranquilizante y resolutivo, negro por venir.
Hace 16 años, cuando mataron al candidato presidencial priísta Luis Donaldo Colosio Murrieta en Tijuana el 23 de marzo de 1994; en esa misma ciudad, el doctor Ernesto González Messina festejó el crimen, se sintió orgulloso de que se hubiera dado en Tijuana y catalogó como héroe a Mario Aburto Martínez el asesino. Así de radical era la postura ideológica del también especialista en cirugía plástica que lidereaba a un centenar de seguidores afiliados a su Partido de la Unión Americana (PUA) con domicilio en su propio consultorio médico en el centro de la ciudad y en cuyo balcón ondeaba una bandera de su creación con estrellas blancas y barras rojas y una verde.
El objetivo primordial del PUA fundado sin registro en 1990 y disuelto después del crimen de Lomas Taurinas, era hacer realidad la anexión plena de México a los Estados Unidos y como inicio de tal intentona, promovían el ataque directo contra el entonces PRI-gobierno, los políticos y las instituciones gubernamentales. Dos años antes, el catalogado como antinacionalista galeno, publicó su libro “Unión México-Estados Unidos de América. Revolución mundial” que en una de sus partes dice: “Los presidentes y políticos mexicanos gustan del alarde, ostentación y prepotencia cuando se trata de proteger su seguridad personal, derrochando recursos militares y policiacos. Escoltas motorizadas, agentes especiales, guardias presidenciales, guardaespaldas, guaruras, etcétera, (costoso e inservible aparato) si tan sólo pensaran que si se pudo matar a John F. Kennedy, presidente del país más poderoso del mundo, ¿por qué diablos no se puede matar al cacique mayor de un lastimoso país como México?
En otro extracto afirma: “México no tiene nada que perder ya que todo lo ha perdido. México uniéndose a los Estados Unidos de América, tiene todo que ganar. No es destruirse sino construir algo diferente y superior. No es claudicar sino levantarse. No es morir, sino desear vivir. No se trata de huir del patíbulo, sino de buscar el triunfo. No es salir, sino entrar a la gloria”.
Tan obsesivas ideas revoloteaban en la cabeza de Ernie -digo: hay que comenzar por su agringamiento personal ¿no?- cuando aún no se padecía la brutal actualidad, pero ahora, con un México totalmente vuelto de cabeza, los 50 millones de descamisados o jodidos plenos, puede que hagamos nuestro el intento.
De momento, soñemos que ya no habría secuestros, narco violencia con sus inconcebibles alcances mortales, pagos por usar super carreteras, pago de absurda tenencia vehicular, carros “chocolates”, partidos políticos ricamente subsidiados, políticos chapulines, SNTE gordillista, aduanas rapiñeras, retenes militares que en Baja California retrasan a los traileros hasta por 24 horas, no habría corrida de toros, muertos por peregrinaciones religiosas a bordo de carretera, elecciones de todo tipo en uno u otro punto del país cada año, PEMEX y su sindicato, CTM, CNOP, ejidos hoy centaveros y trácalas vende tierras, diputados chafas, senadores inútiles al por mayor. Los políticos gallones no tendrán de pirujas a una “Tigresa” o Shasa Monteprieto cualquiera, sino a cueritos kennedystas tipo Marylin Monroe. Hasta el IFE desaparecería. No es disolución social ni incitación a la violencia, pero no te limites a decir “qué te importa güey, mejor vemos el partido”. No te digo: piensa, ya iferamente contagiadocon sus anuncios pendejos, te conmino con el odioso: “piénsale”.