IMPUNE MASACRE DOS DE OCTUBRE DEL SESENTA Y OCHO
Inquietas manifestaciones pretendían un nuevo estatus. México ansiaba sacudirse aquellos cínicos “Revolucionarios”. Echeverría, Díaz Ordaz, sujetos despreciables, ejercían omnímodo capricho tiránico.
Un batallón rijoso; ejército desalmado, exterminó, liquidó, suprimió esperanza simplista estudiantil. Nación toda acabó yerta o castrada histórica, oprobiosamente.
martes, octubre 04, 2005
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)

No hay comentarios.:
Publicar un comentario