martes, diciembre 22, 2009

A río revuelto rescate de lo que sea...

Con un revolvedero de temas publicados, y una confusión de los mismos,peor que la reinante en este México 2009 (de narco terror vs Armada y Ejército y de la sociedad civil descalabrada en lo económico y decepcionada contra el Gobierno federal fallido); inserto éste capítulo, rescatado con chiriposo anzuelo, de las archiveras aguas de 2006, cuando la etapa post electoral de ese año causó revuelo.

Primer acto: Aparece en su cama un mexicano de clase acomodada que para salir del atosigamiento de los medios de difusión sobre política y más política, recurrió antes de dormir a la lectura de los clásicos. Seleccionó uno referente a Grecia y de los más antiguos para que no hubiera conexión alguna con el actual deprimente estado de cosas imperante en el país. Un brinco en la noche marcó el epílogo de su fisiógica etapa de sueño, despertando a sude y sude por la angustia y el delirio causado por un mal dormir derivado por la abrumante condición de intranquilidad post electoral política reinante. El vómito mental nocturno también involucró feamente hasta al naufragio nonamesino de los hoy famosos samblaseños.
Segundo acto: Increíblemente un tema tan viejo como “Jasón y los Argonautas” de intrincada trama tan ajena a la elección presidencial, activó el subconsciente para prolongar la agonía del sufrido durmiente, hasta el día de la toma de posesión de Felipe Calderón. De nada valió forzar a la memoria con aquellos nombres y lugares rarísimos por ubicar: “Jasón es un héroe mitológico griego. Era hijo de Esón, rey de Yolcos. Habiendo sido destronado Esón por su hermano Pelias, éste fue advertido por el oráculo de que tuviera cuidado con un hombre calzado con una sola sandalia porque pondría en peligro su trono. Jasón fue educado por el centauro Quirón hasta que fue adulto”. Se sospecha que de ahí surgió el primer atorón. El nombrecito mamila ese de Pelias de seguro desde antes de dormir se le grabó asociado a los perredistas que se sienten realizados plenamente a base de pelias y más “pelias”
Y seguían fragmentos de narración: “Frixo ofreció en sacrificio a Zeus un carnero y luego regaló la piel del animal, que era de oro, al rey Eetes, que lo depositó en un árbol custodiado por dos toros que arrojaban fuego por la boca y una serpiente que nunca dormía”. Zeus, he aquí otro nombrecito clave que evocaba a los pejistas, mal digerido en sueños y asimilado como: zeuscan partidarios radicales, o zeuscan suicidas para engrosar plantón dispuestos a todo. De los dos bueyes que arrojaban fuego por el hocico; nomás faltó definir si uno de ellos tenía barbas, fumaba puro y se llamaba Diego. De la víbora dañera no hubo duda; sin dormir nunca, al alba, este ser ya se había comido entre esther tores un ratón gordillo.
“Jasón, acompañado de los héroes griegos Hércules, Orfeo, Cástor, Pólux, Peleo, Teseo, Laertes Atalanta y Meleagro, organizó la expedición. Le encargó a Argos, hijo de Frixo, la construcción del navío que recibió el nombre de Argo en homenaje a su constructor. Y del nombre de la nave tomaron a su vez el de Argonautas y se hicieron a la mar en dirección a la Cólquida”. Aquí el cerebelo dormilón debió hacer corto circuito con: Peleo, Atalanta Meleagro, Orfeón y Hércules. La imagen del Congreso tomado por los rijosos del sol azteca en el malogrado pasado Informe último de Fox surgió con su interpretación de: peleo, ataranto, me largo y que orfeo herculeros.
“Apenas el rey Eetes descubrió la fuga de Jasón y Medea y el hurto del vellocino de oro, se lanzó a la persecución del Argo. Medea, para retrasar a su padre, dio muerte a Apsirto, su hermano, que viajaba con ella, y empezó a tirar al mar, uno a uno sus miembros. El infeliz Eetes, perdó un tiempo precioso tratando de recoger las partes del cuerpo de su amado hijo, y de este modo los fugitivos lograron alejarse definitivamente”. Aquí hasta salieron embarrados los náufragos nayaritas, mira que recordarlos gachamente con la disección y tiradero de pedazos de prójimo y asociarlos con el lanzamiento al mar de uno de los náufragos coras que murió durante la desgraciada travesía funesta.
“Jasón destrozado por todo lo ocurrido, llevó una vida triste y solitaria, y un día que estaba sentado al borde de su barco, le cayó un enorme madero en la cabeza que acabó con su vida”. Aquí de plano el delirio en su máxima expresión identificaba al tabasqueño pejerredista derrotado por el panista, y su leñero “estate quieto” despuecito del dictamen pro felipista por parte del Trife.
Tercer acto: Carísimo le costó saber al el ex lector de “Jasón y los argonautas” y hoy declarado esquizofrénico ciudadano -que solo aspiraba a librarse del lastre mediático apabullante de todos los medios y a todas horas-, que su preferencia y elección del libro de marras que habría de llevarlo a evadir la realidad de cinco meses de incertidumbre de protestas desmadroso-pejistas, se debió según el diagnostico del sicoanalista, a la angustia reinante por el paso de los meses: julio, agosto, septiembre, octubre y noviembre. Y que a ese ciclo, que abarca el inicio y final de la pesadilla nacional, entre el día que se gana la elección y la fecha de la toma de posesión presidencial, su mente lo armó con la primera letra de cada mesecito jodido; con la J de julio, la A de agosto, la S de septiembre, la O de octubre y la N de noviembre, de tal forma, que subconscientemente encajonó la elección de “Jasón y los Argonautas” como obra a leer.
¿Cómo se llama la obra”
“LA PESADILLA DE J-A-S-O-N Y LOS PEJENAUTAS”